
Es lógico odiar a Hitler. Su historial y lo que dejó tras él habla por sí sólo, y además llevaba un bigotín ridículo. Por eso, son numerosas las apariciones del dictador en la pantalla, ya sea en la grande (ahí tenemos Malditos Bastardos, la última de Tarantino) o en la pequeña. Y precisamente en la pequeña pantalla es donde se ha podido ver a la, quizá, versión definitiva del dictador; una evolución en todos los aspectos. Ahora es mucho más ágil, más fuerte, más valiente, más inteligente e incluso, por qué no decirlo, mucho más guapo. Ya no es Adolf Hitler. Ahora, queridos amigos, arrodillaos ante... Starfish Hitler.
¿Es o no es un temible adversario? ¡Ay, lo que hubiese conseguido el III Reich si en vez de estar liderado por un chupatintas sin media galleta hubiera tenido a Starfish Hitler al frente...!
Hitler podrá apoderarse del mundo pero no podrá llevarselo con él. Yo seguiré bebiendo a su salud cuando él haya desaparecido.Indiana Jones y la última cruzada
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