Breve historia del cómic norteamericano

27 de octubre de 2009
Norteamérica fue el país que vio nacer el fenómeno del cómic. La pugna entre dos periódicos rivales, Hearst y Pulitzer, hizo posible que los editores, con la intención de robarles lectores a la competencia, optasen por novedades en sus páginas. Habrá una serie de fichajes, nombres que van a “emigrar” de otro tipo de ediciones a éstos periódicos. Será Richard F. Outcault, en World, quien haga Yellow Kid, convirtiéndose en lo más destacado de la edición. Más adelante, el mismo autor dibujará a Buster Brown. Ambos protagonistas son chicos jóvenes; el primero perteneciente a la clase baja, y el segundo a la alta.

La primera historieta auténtica parece ser Katzenjammer Kids, de Rudolph Dirks. Aparece el 12 de diciembre de 1897, siendo un éxito. Una de las innovaciones es el encuadre del texto en un óvalo, precedente de los actuales bocadillos o globos. Las tiras diarias, clásicas en los periódicos estadounidenses, surgen con Clare Briggs en 1904. En éste campo destaca la obra de Bud Fisher Mutt y Jeff, la primera de ellas con publicación regular. Sus personajes gozaron de gran popularidad.

Por fin, en la década de los años 30, en Estados Unidos surgirá el fenómeno de los comics-books. Son publicaciones pequeñas que recopilan historias completas. Sus personajes son fijos. La primera de ellas es Famous Funnies en 1934, año que también verá aparecer a un mítico héroe, Flash Gordon. Este fue el “proceso de independecia” que sufrieron las tiras cómicas, lo que les permitió especializarse. Algunos éxitos de la televisión dan su salto a la página impresa: Beety Boop, Mickey Mouse, Felix the Cat, Donald Duck

No tardaron en ver la luz personajes diferentes, dotados de capacidades heroicas. En tiempos de los gángsteres, el público disfrutaba leyendo cómics de policías que atrapasen a los malhechores: surge así Dick Tracy en 1931. En estos años van a aparecer compañías, y las historietas mejorarán. Cabe destacar, al menos, una de ellas, Detective Comics (DC). Más adelante, las capacidades heroicas dejan paso a capacidades sobrehumanas. Surgen los superhéroes. Uno de los más importantes, Superman, verá la luz en 1938. Es el primero de los superhéroes con disfraz; le seguirá una gran lista, algunos efímeros, otros duraderos, otros inmortales. Fantasma, Flash, Wonder Woman, Batman… Éstos personajes representan “el triunfo del individualismo, atemperado con la idea de servicio a la comunidad y el trabajo en equipo1”.

Los superhéroes siempre van a verse involucrados en problemas de grandes dimensiones, y se verán obligados a rescatar al mundo de su indefectible final. Los antagonistas son siempre personas de carácter débil que se mueven por ira, venganza, locura, complejos… En 1963 ve la luz Spiderman (Marvel), que sin saberlo está llamado a ser el nuevo Superman. Anteriormente, la Marvel había presentado a Fantastic Four (Los Cuatro fantásticos), y posteriormente lo hará con El Increíble Hulk.

Para descubrir ese halo de superioridad que rodea a los superhéroes del cómic nos basta, en ocasiones, en leer el título de la publicación. Se deshacen en epítetos ostentosos; Wonder Woman es “La Mujer Maravilla”, Fantastic Four son “Los Cuatro Fantásticos”, Amazing Spiderman es “El asombroso Hombre Araña” (que además es “Tu amigo y vecino”), Incredible Hulk es “El Increíble Hulk”, y Superman es “Super Hombre”. También están The Avengers, aquí “Los Vengadores”, que tienen el privilegio de ser Earth’s mightest heros (“los héroes más poderosos de la tierra”). Otros serían “La Liga de la Justicia de América” (JLA, Justice League of America), liga que tiene, curiosamente, dos integrantes no americanos; uno de ellos es alienígena y el otro rey de los atlantes.

Cabe mencionar otra de las grandes figuras del cómic, que se aleja de manera radical de los superhéroes de mallas; Schulz y sus magníficos Peanuts (Cacahuetes), con personajes que pasaron a la historia del cómic: Snoopy y Charlie Brown, amén del resto de miembros de la pandilla.

Estos héroes tan fastuosos son el producto de una necesidad social, como cualquier otro producto del mercado; utilizan la violencia para solventar los problemas ante los que se ven enfrentados, problemas que siempre vencen, sea como sea su enemigo. Muestran una imagen de superioridad del hombre y mujer americanos frente al resto, normalmente enemigos de la patria, desde personajes clásicos como El Jocker hasta las últimas amenazas reales como Al-Qaeda2.

Además, los superhéroes presentan una dualidad hombre común/salvador del mundo que resulta de lo más atractiva, y hace no sólo posible, sino muy fácil, la identificación con los lectores; tienen que preocuparse por el archienemigo de turno, que regresará al planeta comandando un ejército de mercenarios para hacerse con el control del planeta (dominar el mundo, otra de las ideas constantes en el cómic), pero a la vez su cabeza está en pagar las mensualidades, enviarle flores a su tía enferma, asistir al bautizo del hijo de su mejor amigo a tiempo, etcétera. Con esta doble cara, cualquiera de nosotros podría ser un superhéroe. El público juvenil va a agradecer estos argumentos, aunque muchos de ellos adolezcan de una simplicidad extrema. Las continuas luchas a las que se enfrentan en cada historia, que ya comentábamos anteriormente, servirá para satisfacer la llamada “fantasía de poder adolescente”.

1 Wikipedia
2 Véase Batman Holy Terror, donde Gotham es amenazada por los radicales islámicos, o el especial de Spiderman del once de septiembre.

Extracto de Cómics y sociedad. Evolución y progreso social a través de los cómics

El mundo es grande... Será Domingo en algún sitio
Dick Tracy
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5 comentarios:

  • Muy buen artículo, sí señor. :)

    Besos!

  • Chenko

    ¡Gracias, y besos para tí también! ;)

  • mmmmmmmmmm bien

  • una cagada ! quien escribe esto? parece que tiene 5 años !!

  • hagan algo con su vida....hay que estar al pedo eh !

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