Necesito un KID de supervivencia

Hoy, mientras esperaba a que el siempre lento transporte público me llevase a la parada más cercana a mi trabajo (porque sí, amigos, soy un trabajador... al menos temporalmente) me encontré con algo que me dejó estupefacto y boquiabierto. Anonadado, pasmado e incluso diría yo que un poco acongojado debido a la estupefacción que me embargaba. Delante de mí, en el lugar que otrora fuese ocupado con algun anodino cartel propagandístico o con información acerca de la próxima huelga, se encontraba este críptico mensaje;

«Cómprate un KID de supervivencia

antes de que alguien te mate.»

Comprenderéis ahora, pues, el motivo de mi asombro ante tan enigmático mensaje. Debo aclarar que en dicho texto no hay nada que haya inventado; tan solo añadí la tílde y cambié las "k" por "q", ya que es probable que el profeta no tuviese tiempo para estas tonterías lingüísticas. Las mayúsculas, al contrario, sí son suyas.

Pronto comenzaron mis dudas. ¿Hablaba el adivino de mí? ¿Alguien pretende atentar contra mi vida? La respuesta que, a todas luces, se me antoja probable es que sí, pues era yo el único que prestaba atención al revelador texto, mientras que el resto de mis convecinos no parecían darle demasiada importancia. O quizá... sólo lo veía yo.

Sea como fuere, mi vida corre peligro. Y eso no es algo baladí, pues debéis saber que la tengo en alta estima, a pesar de ser un poco rutinaria y carente de acción. Apartando a un lado cualquier otro quehacer, decidí dedicar el día en cuerpo y alma a encontrar ese KID de supervivencia. Tras preguntar en los grandes centros comerciales e incluso en tiendas especializadas con fértiles resultados, opté por buscar en Google. ¡Bendito sea! Al final, encontré las respuestas y no encontré un KID que me ayude a sobrevivir, no. ¡Encontré tres! Ahora solo tengo que elegir cual comprarme, pues hay tres opciones:

El primero de ellos,el de lo alto de la foto adjunta, responde al nombre de Yen Chin-kwok, y es una auténtica máquina de matar. Es capaz de lanzarte al aire con un golpe de palo y ensartarte en él cuando caigas (lo cual no deja de resultar desagradable). Es, por si no lo habéis notado, de origen chino. Habla seis idiomas y domina catorce artes marciales y el crochet.

El segundo y en el centro en la imagen es el todopoderoso Cho Ha Foo. A pesar de ser menos cruento que Yen, Ha Foo también se las trae en lata. Al igual que el anterior, es un gran especialista de la lucha con el palo, y su estilo más depurado consiste en golpear sistemáticamente los zapatos de su oponente. No duele demasiado, pero termina cansando. Y Cho aprovecha ese momento, el de auténtico hastío de sus rivales, para lanzar su golpe final ultrasecreto. Os contaría en qué consiste, pero es ultrasecreto. Por si no lo habéis notado, Cho Ha Foo tiene orígenes plenamente arios; se dice que un antepasado suyo era nazi y que otro antepasado era piconero en Teruel, lo que explica la increíble fuerza del joven.

Por último, y no menos fatal, tenemos a Chen Shun Yun. Que su apariencia no os desconcierte; si Shun Yun tiene unos quilitos de más es porque apenas necesita esforzarse para acabar con sus rivales. Su técnica es puramente psicológica, y se basa en un ataque trifásico. En la primera etapa del mismo, Shun Yun mira con su penetrante mirada de cordero al rival, quien entra irremediablemente en un leve letargo, del que despertará de un sonoro aplauso que dará el joven. Esto deja desconcertado y medio atontado a su rival, quien en la segunda fase tendrá que someterse a un somero psicoanálisis en el que Chen le mostrará sus peores temores, sus mayores frustraciones y el poder calórico del desayuno que la víctima haya ingerido. Si sobrevive a esto (pocos lo hacen) el joven le golpeará repetidamente con un periódico gratuito (por lo cual Chen Shun intenta siempre luchar a primera hora de la mañana). Si el atacante sobrevive a esta tercera fase, Chen Shun Yun lo apuñala con la llave del buzón de su casa.

Así pues... ¿cual creéis que debo comprarme?

- Falk, mientras hurgabas por la tienda con desorientado estupor, te he comprado un par de artículos. Te he comprado esta linterna que flota. Si un día se te cae al mar por cualquier razón.
- ¿Por qué razón? ¿Cuándo me acerco yo al mar?
- Quiero que tengas un equipo de supervivencia. Te he comprado una brújula.
- ¿Brújula? Vivo en pleno Manhattan... ¿por qué iba a necesitar una brújula?
- Una pistola de bengalas... te he comprado contraveneno de serpiente, te he comprado anzuelos y pastillas para purificar el agua.

Todo lo demás