Son ya tres los episodios de Fringe que llevo vistos, la nueva serie de J. J. Abrams, y la impresión que tengo es la que reza el título del post: Fringe es lo que J. J. no se atrevió a hacer en Alias.
Pero antes valdría la pena explicar un poco de qué trata Fringe, aunque no parece una definición sencilla. Para hacerse una idea rápida, se puede empezar por explicar que la serie ha sido comparado con series como Expediente X o Dark Angel. Su historia se basa en un equipo de investigadores del FBI formados por Olivia Dunham, Walter Bishop y su hijo Peter. Sin embargo, su campo de acción serán los fenómenos de ciencia fringe (ciencia no convencional: levitación, invisibilidad, manipulación genética, etc.) y, más concretamente, una serie de sucesos que están teniendo lugar y que ellos denominan "el patrón". En las sombras, y extrañamente vinculado a todos estos sucesos, se encuentra Massive Dynamic, una importante empresa de investigación con avanzados recursos tecnológicos.
Si bien Olivia Dunham se ve metida en este mundo por accidente, no es así con Walter Bishop. Éste es considerado un genio a la altura de Albert Einstein, que trabajó para el gobierno desarrollando investigaciones en todos estos campos. Sin embargo, debido a un accidente fue recluido en una institución mental durante diecisiete años. Ahora, debido a los sucesos que acontecen, el gobierno vuelve a necesitarle. Su hijo Peter, con un cociente intelectual de 190, es un genio con un pasado turbio.
Ya con todas las cartas encima de la mesa, nos encontramos un planteamiento relativamente similar al que dio pie a Alias; una joven y prometedora agente secreta que trabaja para un departamento inexistente para el resto del mundo. Bien es cierto que la obra maestra de J. J. Abrams llegó a alcanzar cuotas inimaginables de ciencia ficción gracias a Rambaldi y sus artefactos. De todas maneras siempre se intentó (que no significa que siempre se consiguiese) explicar de forma razonable todos los hechos... o al menos casi todos.
Y después llegó Lost (Perdidos), donde J. J. dio rienda suelta a sus más oscuros deseos: niebla monstruosa, viajes en el tiempo, faunas imposibles, experimentos geofísicos y un sin fin de situaciones inverosímiles y de muy difícil explicación, que han llevado a mucha gente a afirmar que la serie, definitivamente, ha saltado el tiburón tiempo ha. Pero faltaba algo... quizá sea que en Lost, al contrario que en Alias, resulta dificil crear de la nada una amenaza que ponga en peligro a toda la humanidad. ¡Están en una isla! Eso no sólo aísla a los supervivientes del 815 de Oceanic Airlines, también lo hace con los guionistas de la serie.
Pero en Fringe no. De hecho, cualquiera de los episodios que he podido ver podría tener un desenlace fatal para la humanidad, provocando uno de esos increíbles cliffhangers que tanto gustan a Abrams, Kurtzman, Orci y compañía. "Ya no hay motivos para preocuparnos, podemos salirnos de madre todo lo que queramos. ¡Incluso podemos usar al perro!"
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