Animes de deportes minoritarios

25 de enero de 2008
Desde hace algún tiempo he ido dejando de ver anime; no por nada en concreto, sino por falta de tiempo y voluntad para seguir una serie. Sin embargo, hace poco tiempo resurgió en mí la vena "otaku", y por recomendaciones de terceros, comencé a ver Hajime no Ippo. Como su propio nombre indica (insertar risas aquí), Hajime no Ippo cuenta la historia de Ippo Makunouchi, un joven estudiante de instituto al que sus compañeros tienen amargado... un pringao que recibe de lo lindo todos los días al salir de clase y apenas tiene vida social por tener que atender el negocio familiar. Uno de estos días, mientras unos matones le hacen una cara nueva a base de persistencia, un tipo dá la cara por él y le defiende. Se trata del boxeador Mamoru Takamura, campeón de Japón de peso medio. Ippo, abrumado ante la fuerza de Takamura, insiste en ser boxeador, y comienza un riguroso entrenamiento.

A partir de aquí, la trama de la historia es bastante evidente; Makunouchi comienza una meteórica carrera, conociendo en el camino a luchadores increíbles como Ichiro Miyata, Sendo Takeshi o Volg Zangief... y también a alguna muchacha que otra, para animar un poco el panorama. Como valoración personal diré que estos personajes secundarios son la auténtica esencia de la serie; sus perfiles están muy trabajados y tienen un gran carisma, que en ocasiones podría faltarle al protagonista, Ippo.

Otro punto a su favor es el rigor deportivo que tiene; yo de boxeo no sabía absolutamente nada, y ahora, sin embargo, puedo diferenciar un jab, un uppercut, un infigther y, si me ponen, quizás hasta un corkskrew. La serie está llevada a cabo por Jyogi Morikawa, mangaka y mánager de boxeadores. De todas maneras, que nadie se crea lo contrario; es un anime, y no dejan de verse auténticos desafíos contra el espacio-tiempo; caídas de minuto y medio, puñetazos imposibles, saltos incongruentes... lo que viene siendo la esencia de la animación japonesa, a excepción del kame-hame-ha. Al menos por ahora.

Por otro lado, encontramos "The Prince of the Tennis", del cual tampoco puedo extenderme mucho pues acabo de empezar a verlo. La historia trata de, jamás lo adivinaréis, un jovencísimo jugador de tenis, Ryoma Echizen, de doce años de edad. Ryoma es hijo de un importantísimo tenista japonés ya retirado, y ha heredado de su padre todo su talento. El manga comienza con la llegada de Ryoma a la escuela Seigaku, una escuela donde parece que se vive por y para el tenis; allí, estudiar historia, matemáticas o lengua, poco. Sin embargo, los alumnos se pasan el día dando vueltas a las pistas, haciendo flexiones y jugando al tenis sin ton ni son.

Esta serie ha gozado de un grandísimo éxito en Japón, donde hasta se ha grabado una película "live action" (aaaarrgh, no puedo evitar que me venga ESTO a la memoria). Aparte de ello, claro está, tenemos videojuegos para todas las plataformas, tanto de ésta serie como de la anterior.

Me atrevo a decir, sin temor a equivocarme, que esta serie de animes deportivos consiguen despertar la atención de los más jóvenes hacia estos deportes; de hecho, yo mismo he tratado de hacer más de una vez el Dempsey Roll (+) en el wiisports (sin éxito). Y tratándose de Japón, donde los chavales acostumbran a vivir en sus cuartos conectados a la red, me parece toda una proeza.

información vía | wikipedia
"Resulta que el tirado de la lengua larga y los tatuajes era campeón gitano de boxeo sin guantes, o sea, más duro que un clavo en un ataúd.

Snatch: cerdos y diamantes


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2 comentarios:

  • x2l2

    hay que ver como estamos, entre lo de "termineitorrldooo" y esto...

    Como que no me ves anime! :P

    pero hombre dios! vente a las proyeciones de otakuisland :D http://otakuisland.net
    (spam por la cara)

    a mi los mangas deportivos ni fu ni fa, vamos oliver y benji lo mas que vi :P bueno y hikaru no go, pero no la complete

  • Chenko

    Hey, lo de Terminator ya estoy arreglándolo, ¡ya me pude ver la primera película!

    Y la verdad que el anime que veo actualmente, quitando estas dos series que he dicho, es el de las proyecciones de Otaku Island (a las que puedo asistir, claro).

    No te preocupes por el spam, Otaku Island tiene plena libertad diplomática por aquí, faltaría más.

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