Propuesta: «Hacer un Stargate»

Quien más o quien menos ha visto la serie Stargate SG-1, basada en la película de Roland Emmerich. De hecho, hace algún tiempo hablábamos de su última secuela (la cual dejé de ver por no tener absolutamente nada que ver con su predecedora... y por aburrida, claro). 

Podríamos decir que se trata de una serie procedimental, salvo en contadas excepciones, donde hay un status quo imperante que se mantiene prácticamente inamovible durante toda la serie. Por eso, en cuanto aparece algún personaje nuevo que adquiere una mínima e insignificante relevancia (dice dos frases o se toma un café con Richard Dean-Anderson), el espectador experimentado sabe a ciencia cierta qué va a ocurrir; ese personaje morirá, probablemente de manera horrible. Esto, nos duela o no, en una serie que trata sobre viajes espaciales y luchas contra horribles enemigos alienígenas, es el pan nuestro de cada día.

Sin embargo, el comando Stargate tiene una máxima, una ley inquebrantable, un juramento de sangre que los hace a todos iguales. Un sargento, un coronel, un mayor, un soldado raso o el limpiabotas de la montaña Cheyenne tienen el mismo valor intrínseco. Nadie es superior a nadie, pues todos forman uno. En Stargate, si la vida de un hombre peligra, todos harán lo posible e imposible para que éste salga adelante.

"¡Nunca dejamos atrás a los nuestros!"

Y una mierda. 

Es decir, la frase es muy bonita, muy emotiva y extremadamente fácil de pronunciar. De hecho, Jack O'Neil la dice como ocho veces por episodio... aunque siempre conlleva ocho bajas. El Comando Stargate, por mucho que digan que no, siempre deja atrás a los suyos para que los demás puedan salvar el culo. ¿Lógico? Sí, probablemente... pero que no me vengan con tonterías, porque la mayor parte de las veces suele ser algo así:

- Cof, cof... ¡que malito estoy, Coronel! No saldré de esta...

- ¡Claro que sí, soldado! Estamos con usted, ¡nunca dejamos atrás a los nuestros!

- No... ya no tengo salvación... marchaos, dejadme aquí

- Pues... nada, entonces nos vamos marchando, ¿eh? Total, si vas a morirte y eso... ¿sin rencores?

Y punto. Ahí se queda el pobre desgraciado con su herida de muerte, su enfermedad incurable, su maldición o su flojera estomacal, sin nadie que le de apoyo o al menos un poco de conversación pre-mortuoria, mientras los otros toman las de Villadiego para volver a su casa a dormir en su cama calentita. Menudos cabrones.

Y desde aquí, queridos amigos, quiero proponer que se acuñe el término «hacer un stargate» para cuando alguien te deje plantado, tirado en la cuneta, abandonado a tu suerte o en un inhóspito planeta con doce soles y a la merced de los salvajes. Te han hecho un Stargate.

Post dedicado al Vengador Enmascarado, que comparte mi visión sobre este asunto.

Cinco mil de mis hombres están en el frío barro, tres mil aún sangran por sus heridas, dos mil jamás abandonarán ya este lugar... ¡No quiero creer que lucharon y murieron por nada!

Gladiator