En 1492, Cristóbal Colón zarpó hacia Oriente. Sin embargo, los planes del almirante se vieron ligeramente cambiados, pues no pensó que una masa de tierra (conocida hoy día como América) se interpondría entre Europa y Oceanía. Tras leer numerosos estudios y comprobar exhaustivamente muchos mapas de la época (que fallaban más que una escopeta de feria, todo sea dicho), Colón descubrió que, llegando al archipiélago Canario y poniendo rumbo al Oeste, se toparía de bruces con Cipango (Japón), llegando por fin a su objetivo, y teniendo a su disposición el rico mercado de especies, oro y demás riquezas.
Colón hizo saber su propuesta al monarca de Portugal, que le dijo que castañas. Tras la negativa de éste, el genovés se dirigió a la corte española, donde comunicó su
tremenda ida de pelota astuto plan a Isabel y Fernando (tanto monta, monta tanto). El consejo se lo pensó y llegó a la conclusión de que la idea del marino
era de locos no era viable, pero la reina Isabel parecía interesada, así que le pidió a Colón que esperara a que finalizase la guerra contra Granada, último bastión musulmán (siempre quise decir la palabra "bastión", suena bien) para poder financiar este viaje.
Colón esperó, con más paciencia que un santo, hasta que cayó Granada. Para subsistir mientras, se dedicó a la venta de mapas y libros. Incluso intentó, ya desesperado, que le hicieran caso de nuevo en Portugal. Fue inútil. Siguió esperando, hasta que por fin, en 1491 la reina le dice que ya está, que adelante con su
locura idea. Colón casi dio aplausos con los pies de la alegría, y se fue corriendo a Palos, donde consiguió una tripulación de rudos marineros andaluces, y partió hacia lo desconocido. En el viaje pasó hambre, enfermedades, penurias, depresiones y probablemente tremendas diarreas. Pero todo valía para conseguir su objetivo.
Resumiendo un poco, Colón esperó 6 años hasta que le dieron el permiso para partir hacia Cipango (Japón). Así pues, Colón se muestra ante nosotros como un tremendo
freak, capaz de esperar el tiempo que haga falta y batallar con quien se le ponga por delante para cumplir su objetivo... ¿cual?
Ir a Japón, como nos gustaría a todos. Y para ello buscó financiación donde hiciera falta, esperó como un bendito e incluso se arriesgó a morir de hambre, sed, aburrimiento o flojera estomacal en una expedición de locos. Si señor, todo un
freak.
Dios, como se nota que estudio historia...
"Llega un momento en que hay que asumir la responsabilidad por los errores cometidos."
Piratas del Caribe: el Cofre del Hombre Muerto
3 comentarios:
¡Colón quiso ser "big in Japan"!
A mí "bastión" no me suena tan bien, prefiero "castillo gordaco".
mediocre y vasta de humanidad. que no los querian tener alla. si triunfaba bien or la reina, y si vi fallaba, era un golazo. igual. Pensa vos a quien mandarias a tus mejore sombres al suicidio, de un mar con mounstros marinos... o la lacra de tu sociedad......... ¿? "bastion" suena muy bien.... el ultimo "bastion" de soberanioa que nos queda.
prefiero pensar que eran unos hijos de puta, asi le encuentro una razon a esta alta sociedad, basura de la alta suciedad... a pensar que eran grandes y valientes hombres que querian el bienestar, y la armonia espiritual... que hijos de puta nos fuimos haciendo nosotros.... ...jaja. Porque HiJo de PuTa no se hace, se NACE.
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